12 de febrero de 2014

Derecho a estar reluciente

Con recursos de la Universidad y –la mayor parte– con aportes propios, la Facultad de Derecho encaró una serie de trabajos estructurales y estéticos puertas adentro.

Con iniciativa y recursos propios, la Facultad de Derecho de la Universidad Nacional de Rosario logró concluir esta semana una serie de obras de mantenimiento y restauración en su sede, el edificio donde hasta 1960 funcionara el Palacio de Justicia y que desde su declaración en 1997 es monumento histórico nacional. 

El exterior y el casco del palacio fueron reinaugurados el pasado 3 de octubre tras dos décadas de trabajos, buena parte de ellos para revertir las consecuencias del incendio del 1º de julio de 2003, en el marco de una protesta sindical. La nueva intervención, según se explicó, además de aspectos estéticos y estructurales abarcó los pisos de madera, la instalación eléctrica y otros detalles que hacen al funcionamiento.

Según se informó desde la propia casa de estudios, en las últimas semanas finalizó la impermeabilización de los techos de aulas y galerías de la planta baja. También se realizaron distintos trabajos de pintura en aulas, pasillos, galerías y escalera del área de grado correspondiente al sector sur de la planta baja.

Las obras, que se realizaron durante enero y continuaron durante este mes, aprovechando el receso de verano, abarcaron todo el edificio para resolver filtraciones. Se trata de un problema histórico de la construcción que comenzó en 1888 por iniciativa del empresario inmobiliario de origen catalán Juan Canals. Ya un informe de enero de 1913 constataba ese problema y además goteras, problemas en desagües por el excremento de las aves y hundimiento en cielorrasos.

Un siglo y un año después las causas de deterioro son similares, empeoradas además por el guano de la colonia de murciélagos: “Uno de los principales inconvenientes que ha debido enfrentar esta gestión en materia de mantenimiento del edificio está dado por los severos problemas de filtraciones de agua que se detectaron como consecuencia del colapso de los desagües y deterioro de las cubiertas. Ello, junto al guano acumulado en los fenólicos de las mansardas sobre calles Moreno y Córdoba, produjo la caída de parte de los cielorrasos de aulas ubicadas en la planta alta y desprendimientos en los cielorrasos de todas las galerías exteriores”, informaron desde la oficina de Decano de la Facultad, Ernesto Granados.

“Para terminar con estos problemas edilicios, la Secretaría Técnica trazó y ejecutó un plan de obras que permitió abordar los distintos factores generadores de todos estos inconvenientes”, se informó.

Con todo, la siguiente etapa de trabajos, que será también en aulas, techos y galerías, pero de planta alta, tiene un calendario biológico: “Es necesario esperar a fines de febrero que migren los murciélagos del edificio para poder efectuar los trabajos correspondientes sin afectar la colonia”, explicaron desde el Decanato.

Fuente: Diario "El Ciudadano"

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