4 de octubre de 2013

El patrimonio de un edificio histórico

Por Claudio Socolsky

Autoridades políticas, judiciales y universitarias participaron ayer del acto de inauguración de las obras realizas en la Facultad de Derecho de la Universidad Nacional de Rosario (UNR), patrimonio Histórico y Cultural de la ciudad. Durante el acto, que encabezaron el rector de la UNR, Darío Maiorana, el vicerrector Eduardo Seminara y el Decano Ernesto I. J. Granados, remarcaron la importancia de destinar recursos a la universidad pública y el resguardo patrimonial. 

Hubo una larga lista de agradecimientos políticos, que incluyeron a los ex gobernadores Carlos Reutemann y Jorge Obeid, por la cesión del edificio a partir de una ley impulsada por el entonces legislador José Ugalde; al subsecretario de Obras Públicas de la Nación, Abel Fatala, y a Agustín Rossi, por los 20 millones de pesos que en distintas etapas fueron aportados para la reconstrucción de la Facultad, de los cuales 10 millones fueron enviados luego del incendio que en 2003 destruyó buena parte del inmueble.

El acto para inaugurar los trabajos realizados para poner en valor la fachada de calle Moreno y la torre con sus relojes del edificio, mientras se aguarda que culminen los trabajos sobre la fachada de calle Santa Fe, se realizó en el auditorio de Derecho y congregó a un importante número de autoridades. En las primeras filas se ubicaron el vicegobernador, Jorge Henn, la intendenta Mónica Fein, el secretario de Gobierno, Fernando Asegurado, los diputados nacionales del Frente Progresista Juan Carlos Zabalza y Carlos Comi.

También estuvieron presentes el secretario de Transporte de la Nación, el diputado nacional del Frente para la Victoria, Marcos Cleri, Obeid, primer candidato a diputado nacional del FpV, la segunda candidata, Josefina González; los concejales Norma López y Roberto Sukerman (FpV), María Fernanda Gigliani (PPS), Jorge Boasso (UCR) y Laura Weskamp (Pro), el candidato a concejal del FpV, Sebastián Artola; la presidenta de la Corte Suprema de Justicia provincial, María Angélica Gastaldi, los ministros de la Corte Daniel Erbetta y Roberto Falistocco, entre otras autoridades.

Para el Decano Granados, "la idea fuerza de que el Estado debe asumir el resguardo patrimonial, cultural y el avance la educación pública es algo auspicioso para la actividad política". Lo cierto es que a la hora de los agradecimientos, los representantes del oficialismo provincial y local debieron escuchar a lo largo del acto que la mayoría fueran dirigidos a políticos y funcionarios que militan en veredas opuestas.

Maiorana subrayó que "la universidad pública puso en valor dos veces el edificio", y agradeció las gestiones que por entonces realizaron Reutemann y Obeid. "Es un día de gozo porque el famoso incendio que destruyó gran parte de este edificio generó un conflicto con organizaciones de trabajadores de nuestra ciudad, y afortunadamente pudimos con madurez resolver esos conflictos, de tal manera que hoy no existe ninguna cuestión pendiente entre los trabajadores y la UNR", indicó el rector. Por otra parte, ponderó que las empresas responsables de los trabajos de restauración del edificio cuentan con "graduados y profesionales" de la UNR.

El rector también agradeció a Fatala, quien "con prepotencia de trabajo incluyó la torre en el presupuesto del Ministerio de Planificación Federal para su restauración". Hubo además un agradecimiento para Rossi, por entonces diputado nacional, por realizar "todas las actuaciones para poder obtener el último tramo del subsidio para terminar los interiores y parte de la fachada del edificio".

El decano recordó que en 1994 hubo una posibilidad cierta de que el edificio fuera clausurado y devuelto a la provincia, pero a partir de ese momento "comenzó un verdadero plan de rehabilitación que se respetó, con demoras, pero con firme determinación". Granados consideró que el edificio, que Juan Canals encargó en 1892 y que ante la urgencia fue ocupado antes de ser totalmente habilitado para uso del Poder Judicial, "está íntimamente vinculado con la justicia y la ley". En 1913 se incorporó la construcción que divide los dos patios. "En ese entonces se luchaba por su mantenimiento, se informaban filtraciones en los techos, problemas de desagües y hundimientos en los cielos rasos de la planta alta por acumulación de excrementos de aves y murciélagos", detalló el decano. "Muchas veces se pensó en demolerlo, solución a la que los rosarinos estamos acostumbrados, privando a la ciudad de una infinidad de edificio de gran valor arquitectónico, pero se resolvió mantenerlo", agregó Granados.

El 1º de julio de 2003 se produjo el incendio en el ala norte que destruyó parte de los techos, aulas, el anfiteatro y el Museo Gallardo. Dos años después se aceleraron las obras de restauración. Ayer, gran parte de los trabajos finalizaron. Como un símbolo, después de 60 años, el reloj del edificio volvió a funcionar.

Fuente: Rosario/12

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